Manifestando un destino. A veces existe el miedo a dejarse llevar y arrastrar hacia lo que parece adecuado por si sale mal, conformándonos con opciones que ya están ahí, que son más cómodas y que nos alejan de un posible fracaso. Por suerte, no siempre nos estancamos ahí, aunque pasen muchos años puede llegar a despertarse de nuevo ese destino en nosotras y, una vez aceptado, esforzarnos en alcanzarlo, sintiendo lo correcto que es, y no teniendo miedo a si sale mal y no lo conseguimos. Conformándonos con el camino, pero esperando esa meta.